Garbanzos con mano de cerdo

Al comprar la mano de cerdo pediremos que nos la corten en cuatro trozos. Las suelen vender bastante limpias, no obstante la lavamos bien y quemamos los posibles pelos y la ponemos en una cacerola grande con el hueso de jamón y agua a cocer. Cuando empiece a hervir sacamos la mano y el hueso, tiramos todo el agua, aclaramos bien la cacerola, lavamos los trozos de mano y el hueso y lo volvemos a poner en la cacerola con los garbanzos remojados, una cucharadita de pimentón, el laurel y, metido en una malla, el puerro cortado en tres o cuatro trozos y una cebolleta, sin la parte verde, con los clavos pinchados. Lo cubrimos con agua limpia y dejamos cocer hasta que los garbanzos estén tiernos. Si vamos a utilizar garbanzos ya cocidos no los ponemos y dejamos cocer la mano con las verduras hasta que la carne se desprenda bien del hueso.

Mientras vamos preparando un sofrito con 4 ajos picaditos, 2 cebolletas, sin lo verde que reservamos aparte, y los pimientos verdes y rojo todo picado fino. Cuando las verduras estén bien pochadas añadimos una cucharada de pimentón (dulce o picante, según gusto) y el tomate rallado o unas cucharadas de tomate frito.

Sacamos de la cacerola la mano y el hueso de jamón y dejamos templar. Sacamos la cebolla y el puerro de la malla, quitamos los clavos y lo ponemos en el vaso de la batidora con un poco de caldo de cocción, batimos y reservamos. Deshuesamos bien la mano antes de que se enfríe, sino cuesta mucho, y la partimos en trozos regulares. El hueso de jamón según gusto, se puede trocear o tirar. Dejamos los garbanzos que hemos cocido o los de bote ( si son los que vamos a utiliza) solo cubiertos de caldo, el resto lo sacamos a un recipiente donde lo iremos utilizando según lo necesitemos.

Añadimos a la cacerola donde tenemos los garbanzos el sofrito, la mano troceada y el puré obtenido de triturar la cebolla y el puerro, echamos un par de cazos de caldo y ponemos a cocer a fuego medio hasta que rompa a hervir. Después bajamos para que cueza lento y vamos añadiendo caldo poco a poco, según vaya necesitando.

En una sartén, con un chorrito de aceite de oliva, freímos picaditos los otros dos ajos y antes de que empiecen a dorarse echamos las setas que saltearemos a fuego fuerte para que no pierdan demasiado jugo. Les añadimos una cucharada de perejil picado y las incorporamos a la cacerola de los garbanzos. Dejamos cocer todo junto un par de minutos más y ya están listos para servir.

Cortamos la parte verde de las cebolletas en aritos y lo echamos por encima una vez servido el plato. Da un crujientito y un frescor muy agradables.