Brochetas de mejillones con salsa

Limpie los mejillones, raspando con un cuchillo las conchas y tirando de las barbas Lávelos bien en agua con un pellizco de sal, pero sin dejarlos permanecer mucho en ella y moviéndolos con la mano.

Una vez limpios los mejillones, escúrralos y póngalo en una sartén con agua fría y un pellizco de sal. Cuézalos a fuego vivo, salteándolos de vez en cuando

Cuando se abran, retírelos en seguida del fuego, saque los mejillones de sus conchas y vaya ensartándolos en las brochetas.

Pase los mejillones por harina, luego por huevo batido y, por último, por pan rallado. y, a continuación, fríalos en aceite caliente hasta que estén dorados. Resérvelos al calor.

Prepare la salsa poniendo en remojo en agua fresca los pimientos, la víspera por la noche. Ponga la miga de pan en una taza con un poco de agua templada para remojarla.

Aparte, en un mortero, machaque los dientes de ajo, pelados con un poco de sal para que no se escurran. Abra los pimientos y, con una cuchara, quíteles las semillas y raspe la carne, que pondrá en el mortero, junto con el trocito de guindilla. Machaque y agregue a esto el migajón de pan, bien escurrido de su agua (aprételo con la mano).

Haga con todo ello una crema, a la que añadirá poco a poco el aceite y el vinagre. Páselo por el pasapurés y salpimiente. Déjelo macerar en sitio fresco durante unas 3 horas.

Si la salsa resultase muy espesa, puede aclararla con un poco de agua de cocer los mejillones. Sírvase acompañados de la salsa.