Croquetas de ave

Para preparar estas croquetas pueden aprovecharse restos de un pollo; en caso de no tenerlos, se cocerá una pechuga, reservando el caldo para hacer una sopa. Una vez cocido el pollo, se desmenuza y se reserva. La leche se tendrá dispuesta al fuego.

La mantequilla se pone a calentar en un cazo, preferible mente con mango para que permita operar con mayor comodidad. Cuando se haya derretido la mantequilla -pero sin que llegue a freír, se añade la harina, dejándola cocer durante dos o tres minutos, removiendo y cuidando que no se dore.

A continuación, se deslíe la harina con la leche hirviendo y se remueve fuertemente con el batidor o con una cuchara de madera para que no se formen grumos. Se agregan la ce bolla y la rama de perejil -picados- y se deja cocer todo junto durante un cuarto de hora, revolviendo sin parar para que no se pegue.

Transcurrido este tiempo, se añade el picadillo de pollo y se sazona de sal. Cocerá de nuevo hasta que la bechamel que de muy espesa, de modo que se desprenda del batidor o de la cuchara en copos gruesos, sin escurrirse. Ya en su punto, se pasa a una fuente, donde se extiende bien y se deja enfriar.

Cuando la masa esté fría, se moldean las croquetas. Se rebozan una por una en pan rallado, después en abundante huevo batido y, por último, de nuevo en pan rallado, hasta dejarlas perfectamente envueltas. Por último, se fríen en aceite caliente y se escurren. Las croquetas, como todos los rebozados, deben servirse recién hechas para que no se ablanden.