Pollo asado

Prepare el pollo – desplumándolo, vaciándolo y chamuscándolo- y úntelo todo con la manteca o con la grasa de oca. Sálelo por fuera y por dentro.

Ate dos lonchas de beicon en el pecho y una en la espalda, e introduzca la última en el interior, junto con medio limón.

Coloque el pollo en una fuente de horno y llévelo a un horno precalentado 10 minutos. Ase el pollo durante 1 hora aproximadamente, con el horno a una temperatura media-alta.

La mejor manera de asar el pollo es en la brocheta, ya que los jugos del ave caen hacia el interior y para que se repartan bien por toda la carne es preciso que el pollo de vueltas sin parar.

Lo mismo ocurre con la grasa externa. Si no dispone de brocheta en su horno, convendrá que le dé la vuelta con frecuencia y lo riegue con su propio jugo.

Al final de la cocción (calcule unos 20 minutos por cada medio kilo), conviene poner el pollo sobre su espalda, a fin de que se dore de manera uniforme.

Cuando esté en su punto, sáquelo del horno, eche pimienta a su gusto y déjelo reposar unos minutos.

Mientras, retire con una cuchara gran parte de la grasa de la fuente, añada un poco de agua caliente y el zumo de medio limón, póngalo a fuego vivo raspando bien el fondo con un tenedor o cuchara de madera. Sirva esta salsa en salsera aparte.