Garbanzos guisados con avellanas, azafrán y canela

1. La víspera, ponga los garbanzos en remojo, en agua templada con un poco de sal y, si no tiene seguridad de que los garbanzos sean tiernos, añada un pellizco de bicarbonato.

2. En un puchero o cacerola más bien honda, vierta el agua a calentar con un par de cucharadas de aceite, la hoja de laurel, madia cebolla pelada y en un trozo, la ramita de apio y un poco de sal.

3. Cuando el agua empiece a estar caliente, sin hervir todavía, añada los garbanzos escurridos de su agua de remojo y deje cocer durante más o menos 90 minutos. Si los cuece en la olla exprés, bastará con 30 minutos.

4. Aparte, ponga en un sartén las 4 cucharadas de aceite restantes. Cuando estén calientes, añada la media cebolla muy picada, deje rehogar hasta que se ponga transparente (unos 6 minutos). Añada el ajo y el perejil picados y, finalmente, el tomate, pelado y cortado en trozos pequeños.

5. Deje estofar todo durante unos 10 minutos y espolvoree con la harina. Luego dé unas vueltas con una cuchara de madera y deslíe con un poco de caldo de cocer los garbanzos, que se añade a los garbanzos.

6. Aparte en el mortero, machaque el azafrán, añada el pan, que debe estar bien tostado, y las avellanas peladas. Una vez bien machacado todo, añada la canela y deslíe todo con también algo del caldo de cocer los garbanzos.

7. Incorpore lo anterior al pucgero, y cueza todo junto durante unos 15 minutos a fuego lento, para que los garbanzos no se deshagan. Por último, rectifique de sal, si e  preciso, y sirva en seguida.