Patatas al horno con bechamel

Lave las patatas y póngalas sin pelar en un cazo con agua fría -que las cubra—y sal. Ponga el recipiente a fuego fuerte y, cuando el agua rompa a hervir, baje el fuego para que las patatas cuezan a fuego lento.

Pasados unos 25 minutos, contados a partir del momento en que empiecen a cocer (depende de la clase de la patata), saque las patatas del agua, pélelas y córtelas en rebanadas lo más finas posible, sin que se rompan.

Unte con un diente de ajo la fuente de cristal o de barro donde vaya a servir las patatas, y ponga en ella la mitad de éstas.

Prepare entonces una bechamel. Para ello, ponga en una sartén una cucharada de aceite y la mantequilla, y cuando ésta se derrita, añada la harina, remueva con las varillas y vaya añadiendo el litro de leche fría y la sal (con mesura, pues el queso y el extracto de carne ya salan).

Cuando empiece a cocer, déjelo que cueza unos 4 minutos sin cesar de remover y agregue el concentrado de carne.

Vierta la mitad de la bechamel sobre las patatas ya preparadas, coloque la mitad del queso rallado y, a continuación, las demás patatas, el resto de la bechamel y, por encima, el resto del queso espolvoreado.

Introduzca las patatas así preparadas en el horno previamente calentado y, cuando estén bien doradas (unos 15 minutos), sáquelas y sírvalas en la misma fuente.