Mousse de manzana

Comenzamos pelando y cortando las manzanas en trocitos. Si quieres que la mousse quede dulce puedes utilizar manzanas Golden. Si, por el contrario, deseas que quede más ácida puedes utilizar Granny Smith.

Exprimiremos el medio limón y verteremos el zumo por encima de la manzana para que no se oxide. Así la mousse tendrá un color amarillo hermoso.
Por otra parte, remojaremos las hojas de gelatina en agua fría.

Fundimos la mantequilla en una sartén y añadimos el azúcar (o el jarabe) y la manzana.
Lo cocemos 15 minutos a fuego lento. Lo retiraremos, lo trituraremos y lo dejaremos enfriar.

Montamos la nata y las claras. Os aconsejo que lo hagáis con varillas eléctricas, si tenéis. En mi caso lo hice a mano, de hecho me las montó mi “pinche” de cocina, y os aseguro que terminaría con el brazo cansado. Aquí os quisiera recomendar la nata del Mercadona, no porque sea mejor que el resto, sino porque se monta muy rápido.

Calentamos tres cucharadas de agua y disolvemos las hojas de gelatina que teníamos en agua fría bien escurridas. Lo añadimos a la compota que teníamos enfriando y removemos bien.

Entonces incorporamos la nata y las claras montadas. ¡Ojo! Digo incorporamos y no removemos porque debe hacerse con mucho cuidado para que ni la nata ni las claras se deshinchen y así nos quede una mousse bien espumosa.

Una vez todo mezclado repartimos la mousse en moldes individuales y lo ponemos en la nevera un mínimo de tres horas.

¡Y listo! Sólo faltará desmoldar y servir.